
El castigo quizás interrumpa una conducta en un momento específico pero no le está enseñando a tu hijo a sustituir esa conducta por una de más provecho, expresa la autora Tsabary en su libro Padres Conscientes, educar para crecer.
En vez de castigar sin más, cabe utilizar las mismas situaciones problemáticas para enseñarles a reflexionar.
Si El Niño tiene una conducta inapropiada, en lugar de centrarte en eso, en la molestia o vergüenza que te causa, que realmente es lo poco importante; busca la experiencia emocional que vive tu hijo en ese momento.
Iker suele llorar demasiado cuando está cansando y siempre que llora le apunto, hijo creo que está llegando la hora en la que estás agotado. El siempre lo niega, porque aún no es capaz de reconocer esa irritabilidad que le da al final del día, luego de una larga jornada.
También sería oportuno verificar si está triste y preguntarle «te comportas así porque estás triste?, dice la autora, y así abrir las puertas hacia el inicio del reconocimiento y procesamiento emocional.
Como padres normalmente nos centramos en detener la emoción: no llores, no estés triste, no es para tanto; son algunas de las frases que repetimos, en vez de dejar que nuestros hijos procesen e identifiquen sus emociones y de allí ir abriendo el camino para que cuando maduren pueden expresarse de forma directa, una vez que ha pasado la etapa natural del berrinche .