
Es más fácil si la familia comprende el proceso de lactancia y crianza que quieres llevar.
Si todos los involucrados en la crianza de tu bebé se conectan contigo no habrá frases impertinentes. Habrá comprensión del proceso.
Te ocuparás de alimentar a tu hijo y criarlo, viendo un día a la vez sin tener que ir aleccionando.
Recuerdo perfectamente a mi madre decirme que no era normal dar teta a cada rato. LO ES.
La recuerdo decirme que no estaba bien que Iker durmiera encima de mi, que debía ir a su cuna. Y yo tratando de que lo hiciera, hasta que me entregué a que ese primer mes y quizás unos cuantos más ahí no solo dormía él, también dormía yo.
Recuerdo haberme ido sola con mi hijo a mi casa por una sola razón. Poder conectar sin comentarios que no me permitían reconocer las peticiones de mi hijo sino que me llenaban de duda, tristeza y rabia.
Entonces mi madre con su amor infinito entendió que puse un límite. Mi partida tenía un mensaje conciso: aprecio y a veces necesito tu apoyo, pero a mi hijo lo crío yo
Tomar la decisión de estar sola me hizo crecer. Era yo y lo que quería hacer. Los primeros tres meses fueron clave para poder evolucionar.
También fueron clave para quienes querían prestarme apoyo. Algunas comidas, frutas, compras eran siempre bienvenidas. Algunas visitas cortas y productivas, que debían terminar antes de la hora loca y tenían claro que si Iker estaba despierto debían servirse ellos mismos. Lo siento por el protocolo, pero yo solo estaba para atender lo importante. No para cortesías.
Algunos paseos a ver el mar y comer mariscos y tomar cocada (sí ! yo comía mariscos dando teta y me fue genial).
Cuando la familia entiende tu forma de criar se limitan a darte lo que deben darte, y sobre todo evitan los consejos no solicitados.
En muchas consultas me ha tocado mediar entre parejas, nueras y suegras, madres e hijas. Para llegar a un acuerdo justo y poner a cada quien en su rol. Eso hace la #MaternidadLeve.
Nos vemos en tu #ConsultaProlactancia.
Imagen de @elliana_allon
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