Decidí aprovechar el último día hábil de esta Semana Santa para hacer compras, retirar los envases del kit y moverme en el típico peregrinar de los venezolanos para conseguir productos que me gusta consumir. Había decidido dejar a Iker con mi mamá para no someterlo al calor de andar en el carro sin aire acondicionado, hacer colas en cajas registradoras; en fin había hecho un mapa mental de lo que sería más cómodo para él desde mi perspectiva.
Cuando le conté mi plan en medio del desayuno me dijo: no me preguntaste mamá. Yo solo quiero estar contigo. Traté convencerlo de que podía quedarse cómodo y me dijo nuevamente sin dudar: solo quiero estar contigo. En ese momento no me enternecí.
De hecho me molesté pensando que tardaría aún más en mis labores al tener que ser paciente con sus ritmos . Realmente no quería llevarlo pues quería terminar lo antes posible , pero escuché la vocecita que me dijo que lo llevara conmigo. Y es que a veces pensamos que alejarlos de lo que para nosotros es el mal rato es lo mejor para ellos, y sencillamente el mal rato es llevadero solo por tener un poco más de nuestra mirada y nuestros besos. Cumplimos con todo mi plan de obligaciones. Su paciencia superó mis expectativas.
Al terminar me preguntó : lo hice Bien mamá, te gustó como me comporté. Por segundos Me devastó saber que modificaba su conducta solo por mi aprobación y tuve que echar y echarme mi discurso de hacer lo que el corazón dicte sin importar si a mi me parece correcto o no . Le di las gracias por su invaluable compañía y por sumarle minutos juntos a este día. Pero sobre todo por sonreír y hacer más liviana cada fila y cada cuenta por pagar, pero lo más contundente fue lo que me mostró sobre lo importante de estar atentos a los llamados de alerta de nuestros hijos. Todos los días hacen uno. Queda de nosotros saber cómo vamos a accionar ante ellos. #crianzaconsciente #maternidadleve#lactanciamaterna #mamaprolactanci
